Chile

Chile puede seguir defendiendo la innovación en el escenario mundial

La crisis del COVID-19 fue declarada oficialmente como una pandemia hace casi un año, y en ese tiempo los líderes mundiales han visto cada vez más la importancia de la innovación y la colaboración para abordar este importante desafío de salud mundial. Chile, como uno de los 34 países representados en la Junta Ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2021, tiene una oportunidad extraordinaria para avanzar en los esfuerzos que impulsan el progreso y respaldan un ecosistema sólido de innovación y propiedad intelectual (PI).

Una de esas oportunidades es que la Junta Ejecutiva continúa las conversaciones sobre la Estrategia mundial y el Plan de acción sobre salud pública, innovación y propiedad intelectual (Global Strategy and Plan of Action, GSPOA). La GSPOA, negociada y aprobada hace 13 años, ayuda a los países a establecer políticas para apoyar el descubrimiento de nuevos tratamientos y curas para enfermedades que afectan de manera desproporcionada a los países en desarrollo.

Es importante destacar que la GSPOA considera la propiedad intelectual como “un incentivo importante en el desarrollo de productos para el cuidado de la salud”. Sin embargo, a medida que las naciones buscan acelerar las terapias para el COVID-19 y las vacunas para las personas en todo el mundo, algunos líderes han apoyado políticas equivocadas, como la concesión de licencias obligatorias, que podrían retrasar inadvertidamente los esfuerzos para contener la pandemia. Las propuestas para erosionar o suspender políticas de propiedad intelectual de larga data amenazan la base del incentivo a la tan necesaria innovación para los países en desarrollo y desarrollados por igual. Este enfoque también se aparta de la misión principal de la OMS de liderar la coordinación y respuesta global a pandemias como el coronavirus y otras emergencias de salud, que deberían seguir siendo la prioridad, especialmente ahora.

La pandemia de COVID-19 ha pasado la cuenta, pero también ha estimulado una colaboración e innovación sin precedentes para abordarla, debido, en gran parte, a los sólidos sistemas de IP que protegen e incentivan a los innovadores. Chile se ha visto muy afectado por el COVID-19, tanto social como económicamente. Para fines de 2020, por ejemplo, la OCDE pronosticó que el PIB de Chile podría desplomarse un 7 %.

Adoptar la innovación y apoyar las industrias innovadoras podría ayudar a revertir los reveses económicos de la pandemia. Chile podría mejorar en este sentido, ubicándose en el puesto 54 de las 131 economías incluidas en el Índice de Innovación Global 2020, aunque está en la cima en comparación con otros mercados latinoamericanos.

El potencial sigue ahí, ya que Chile ha demostrado su interés por el papel de la propiedad intelectual, la innovación y la colaboración para abordar nuestros desafíos actuales. Por ejemplo, en la reunión de las Asambleas de los Estados miembros de la OMPI en septiembre, Chile señaló que “la propiedad intelectual es un motor de desarrollo importante, ya que agrega valor a los productos y servicios y contribuye al comercio mundial. En el escenario de pandemia en el que se encuentra el mundo, la OMPI debe ser un faro para guiar a los países a utilizar y cosechar los beneficios de la propiedad intelectual”.

Antes de que termine su mandato en la Junta Ejecutiva este año, Chile debería manifestarse para defender la propiedad intelectual y fortalecer el ecosistema de innovación, ya que es la base para el avance decisivo hacia el desarrollo integral de los países. La innovación en salud y desarrollo económico, son dos sectores estratégicos e interconectados, la innovación farmacéutica es sin duda una una palanca clave para avanzar en una mejor salud que contribuya al desarrollo integral de los países.

Mejorar la salud tiene el potencial de convertirse en un punto de inflexión para el crecimiento económico. Pocas inversiones (como la salud) logran un impacto tan grande en las necesidades de la sociedad: entregando bienestar, reduciendo las desigualdades y brindando un impulso a la economía global. Esta pandemia ha puesto en evidencia esta necesidad y la importancia del fomento y protección de la propiedad intelectual como base de la innovación, así como defender las alianzas continuas, incluida la colaboración con el sector privado. Al hacerlo, podemos poner fin a la pandemia de coronavirus y mejorar la salud y el desarrollo global.

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