México es uno de los treinta y cuatro países miembros que actualmente forman parte de la Junta Ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un órgano de toma de decisiones clave que orienta la labor de la OMS en materia de salud mundial. Junto a los demás miembros de la Junta Ejecutiva, México asistirá la 144.a sesión de la Junta Ejecutiva en enero de 2019 para debatir temas que van desde la erradicación de la poliomielitis hasta las consecuencias para la salud del cambio climático.
Sin embargo, tal vez el tema más importante del orden del día de la Junta Ejecutiva sea el que propone la Hoja de ruta para el acceso a los medicamentos de la OMS. Esta hoja de ruta establece las prioridades para los próximos cinco años de trabajo de la OMS en materia de medicamentos en todo el mundo. Como miembro de la Junta Ejecutiva, México ayudará a dar forma al debate sobre la forma en que la OMS debe abordar esta cuestión.
Desafortunadamente, la hoja de ruta de la OMS, según la propuso el secretariado de la OMS, tiene graves problemas que los estados miembros tienen que solucionar. Por ejemplo, la hoja de ruta contempla que una OMS expandida adopte la función de asesoría a los países acerca de la propiedad intelectual; por ejemplo, el uso de “licencias obligatorias” (a veces llamadas “flexibilidades de los ADPIC”) para permitir la fabricación de medicamentos patentados sin el consentimiento de los dueños de las patentes. Esto es innecesario y perjudicaría gravemente la innovación mundial, dificultando el acceso de los pacientes a los medicamentos y socavando la inversión en los nuevos tratamientos y curas futuros.
La hoja de ruta de la OMS refleja una tendencia en la OMS de entender las patentes como una barrera para el acceso. Sin embargo, esto no es verdad: los estudios indican que no hay ninguna correlación entre la propiedad intelectual y el acceso a los medicamentos. Casi todos los medicamentos que la OMS considera “esenciales” ya no están protegidos por patentes, pero siguen estando fuera del alcance de millones de personas debido a otros factores, como la debilidad y la falta de financiamiento de los sistemas de atención de la salud. El fortalecimiento de la propiedad intelectual (PI) puede facilitar el acceso, tanto estimulando nuevos descubrimientos como facilitando que los medicamentos innovadores lleguen a los pacientes que los necesitan.
La OMS tampoco está en condiciones de hacer estas recomendaciones: carece de la pericia necesaria para asesorar a los países sobre las complejas inferencias técnicas, económicas y comerciales de la protección de la propiedad intelectual (PI). Muchos países ya han expresado su malestar porque la OMS gaste sus limitados recursos en tareas tan opuestas que probablemente no mejoren el acceso a los medicamentos.
Los miembros de la Junta Ejecutiva de la OMS deben tomar medidas y pronunciarse, acerca del papel vital de la propiedad intelectual en la promoción de nuevos descubrimientos. Esto es particularmente verdad en el caso de México. En 2015, el país estableció el objetivo audaz de aumentar el gasto de I+D del país de 0.4 por ciento del PBI a uno por ciento para 2018. Según los recientes acuerdos bilaterales y regionales para mejorar las normas de aplicación de la propiedad intelectual, México tiene que destacar el papel que desempeña la protección de la propiedad intelectual y la innovación biomédica en la mejora del acceso mundial a los medicamentos.
Las declaraciones que México ya ha hecho en reuniones internacionales recientes demuestran que está comprometido con el desarrollo de soluciones tangibles y proactivas para mejorar el acceso:
- En la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2018, los representantes mexicanos hicieron un llamado para que “los estados miembros y el sector privado trabajen en conjunto con la OMS y otras agencias de la ONU para promover y proporcionar acceso a vacunas y medicamentos seguros que sean eficientes, de alta calidad y accesibles”, y también afirmaron que “tenemos que tener un enfoque multisectorial; esto debe ser de alta prioridad para aquellos países y sectores de la población que se vean más afectados”.
Está claro que México tiene un profundo conocimiento de que las barreras que se interponen entre los pacientes y las medicinas que necesitan son multifacéticas y requieren soluciones integrales y colaborativas. Además, las medidas que adoptó México para fortalecer los derechos de propiedad intelectual y sus objetivos de impulsar la inversión en I+D demuestran que el liderazgo mexicano comprende el papel vital que desempeñan la propiedad intelectual y la innovación en el fomento del desarrollo social y económico. Ahora es el momento de que México se convierta en un defensor declarado de la propiedad intelectual en los debates internacionales sobre cómo garantizar que los pacientes de todo el mundo tengan acceso a las curas actuales y a los futuros tratamientos.
Al tiempo que la Junta Ejecutiva de la OMS examina cómo mejorar el acceso a los medicamentos, México tiene la oportunidad de refutar la idea de que el debilitamiento de la propiedad intelectual servirá de algo para mejorar el acceso. México hizo declaraciones contundentes sobre la importancia de los enfoques multisectoriales para mejorar el acceso y, por lo tanto, se encuentra en una posición privilegiada para ayudar a centrar la atención de la OMS en la eliminación de los obstáculos reales al acceso, como los sistemas de atención de la salud débiles y con financiamiento insuficiente, la infraestructura deficiente y los impuestos/tarifas. Particularmente, Italia posiblemente se exprese con claridad en la reunión de la Junta Ejecutiva para expresar su preocupación acerca de la hoja de ruta y asegurarse de que no lleve a actividades expandidas de la OMS que contribuirían a socavar la propiedad intelectual en todo el mundo.
Ahora es el momento de actuar. Los pacientes de todo el mundo dependen de México y de los demás miembros de la Junta Ejecutiva para encabezar la búsqueda de soluciones proactivas e integrales que aborden los obstáculos reales y complejos para mejorar la salud mundial.