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En una reunión en las Naciones Unidas, los países abordarán las barreras reales que existen contra la salud y reconocerán el papel fundamental de la innovación

El 23 de septiembre, en la ciudad de Nueva York, se reunirán los líderes mundiales para la primera edición de la “Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la cobertura universal de la salud” (UN High-Level Meeting on Universal Health Coverage, UHC), en la que el objetivo será adoptar una Declaración en la que se establezcan metas ambiciosas para mejorar la salud a nivel mundial. El borrador más reciente de la Declaración identifica medidas a tomar para enfrentar las barreas reales que se interponen entre los pacientes y los tratamientos que necesitan. También enfatiza la necesidad de que los gobiernos garanticen fondos adecuados y sostenibles para el cuidado de la salud de sus ciudadanos, y reafirma la importancia de la investigación del sector privado para obtener una cobertura universal.

¿Por qué es importante la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la cobertura universal? Hoy en día, más de la mitad de la población mundial carece de acceso incluso a los servicios de salud más básicos y esenciales. Esta reunión es una oportunidad para establecer las metas necesarias para ayudar a más de 1000 millones de personas que no cuentan con atención médica.

Durante la negociación de la Declaración política para la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas, los delegados se enfocaron debidamente en las barreras más apremiantes que se interponen entre los pacientes y el cuidado de la salud, tales como el financiamiento inadecuado de la salud, los sistemas deficientes de atención de la salud, la infraestructura insuficiente para el cuidado de la salud y los cuidados primarios inadecuados.

Al analizar más de cerca el impacto de dichas barreras, se descubre la necesidad de encontrar soluciones. Revisemos la infraestructura, por ejemplo. Un estudio del Banco Mundial en seis países africanos subsaharianos concluyó que 148 millones de personas no tienen acceso a la red de carreteras. En algunas regiones menos desarrolladas en Asia, el 46 % de la población no tiene acceso a ninguna carretera, ni siquiera en “condiciones razonables”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año entre 25 % y 50 % de las vacunas esenciales nunca llegan a los pacientes debido a que las cadenas de suministro son deficientes e inadecuadas. Y de acuerdo a las proyecciones más recientes, para el año 2030 habrá una escasez de 18 millones de profesionales capacitados en el cuidado de la salud, una cantidad impresionante si se considera que las investigaciones han detectado que el 63 % de las muertes infantiles en determinadas regiones pueden ser prevenidas con un mejor acceso a los trabajadores capacitados en cuidados primarios.

Para que la comunidad internacional logre un avance significativo para alcanzar la cobertura universal, la remoción de estos obstáculos debe ser un punto central del debate. Además, los gobiernos necesitan encontrar maneras más sostenibles y más efectivas para superarlos e invertir en la salud de sus ciudadanos.

La Declaración política que se planea adoptar en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas enfatiza dichos temas adecuadamente. Por ejemplo, insta a los países a desarrollar “políticas eficientes de financiación para la salud… para responder a las necesidades no atendidas y para eliminar las barreras financieras para tener acceso a servicios de salud, medicamentos, vacunas, diagnósticos y tecnologías de la salud esenciales que sean de calidad, seguros, efectivos y asequibles”. También se compromete a “expandir el suministro y a dar prioridad a la atención de la salud primaria como piedra angular de los sistemas de salud sostenibles, enfocados en las personas, basados en las comunidades e integrados, y como la base para alcanzar cobertura universal de la salud”.

La Declaración destaca en todo el documento el papel fundamental del sector privado, así como las investigaciones y el desarrollo dirigidos por el sector privado, para ayudar a alcanzar la cobertura universal. Por ejemplo, reconoce la necesidad de “asociarse con el sector privado” y pide “desarrollar una participación constructiva y sociedades más fuertes con participantes competentes, incluyendo a las industrias [y] el sector privado”. En una sección clave, la Declaración también hace referencia al “papel tan importante que juega el sector privado en la investigación y el desarrollo de medicamentos innovadores”.

Desafortunadamente, surgieron propuestas de utilizar esta Declaración para socavar los derechos de propiedad intelectual que estimulan el descubrimiento de maneras más efectivas y eficaces de tratar enfermedades. A final de cuentas, todos los países acordaron incluir vocabulario que reconozca la “necesidad de incentivos adecuados para el desarrollo de nuevos productos para la salud”. Esto refleja la percepción de que la innovación en la salud es fundamental para lograr la cobertura universal.

Esta Declaración es solo el comienzo. Asegurarnos de que la población mundial cuente con acceso universal a la atención médica es una meta inmensa, y las barreras son complejas. Con un compromiso real de todos los participantes internacionales, podemos encontrar soluciones sostenibles y de cooperación para lograr la cobertura universal para el año 2030. Los líderes de la Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas de este mes no deben perderse esta oportunidad; la salud de miles de millones de personas en todo el mundo depende de ello.

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