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Por qué Colombia debe cambiar de curso sobre las licencias obligatorias

A principios de este año, el gobierno colombiano anunció la emisión de su primera licencia obligatoria para un medicamento innovador para tratar el VIH. Los funcionarios ya han expresado su intención de emplear cada vez más esta táctica. Las licencias obligatorias, que vulneran los derechos de propiedad intelectual (PI) de los innovadores al permitir que el gobierno invalide las protecciones de patentes para que se usen sin el consentimiento del titular, son una política perjudicial e ineficaz. Específicamente:

 

  • Las licencias obligatorias no ayudarán a aumentar el abastecimiento de medicamentos. Otorgar una licencia obligatoria no necesariamente aumenta el suministro de un medicamento, e incluso puede disminuirlo. Los investigadores han descubierto que las licencias obligatorias y los derechos débiles de PI se asocian con retrasos en el lanzamiento de nuevos medicamentos innovadores y desincentivan a los fabricantes a ingresar en el mercado. Esto significa que la concesión de licencias obligatorias puede reducir el acceso a los medicamentos a largo plazo.
  • Las licencias obligatorias no promueven la producción local de medicamentos. Algunos gobiernos han promovido las licencias obligatorias creyendo que beneficiarán a las compañías locales de genéricos. Sin embargo, los estudios han demostrado que debilitar las protecciones de PI mediante mecanismos como las licencias obligatorias disuade la inversión extranjera y amenaza el crecimiento económico. Dado que una licencia obligatoria no transfiere conocimientos técnicos, capacidad o calidad del producto, puede llevarles a los fabricantes locales mucho tiempo lanzar su versión genérica.
  • Las licencias obligatorias no abordarán las barreras sistémicas al acceso a los medicamentos. Las licencias obligatorias no hacen nada para abordar las barreras reales al acceso a los medicamentos y la equidad, incluidos problemas de la cadena de suministro, infraestructura débil de atención médica, baja inversión en atención médica nacional y elevados impuestos y tarifas, que suelen interponerse entre los pacientes y los medicamentos que necesitan. Las licencias obligatorias ignoran los desafíos reales que deben abordarse para lograr un cambio significativo para los pacientes.

 

Colombia emitió la licencia obligatoria simplemente para asegurar concesiones de precios, lo cual no es congruente con las normas internacionales. Según estas reglas, las licencias obligatorias solo se usan en casos excepcionales y como último recurso. No hay ninguna emergencia que requiera el uso de una licencia obligatoria para el medicamento contra el VIH en Colombia. Investigaciones del mismo gobierno muestran que cerca de 90 % de las personas con VIH tiene acceso al tratamiento. Debilitar el ecosistema de la PI solo dificulta aún más el progreso al entorpecer el proceso de innovación que es riesgoso y demanda muchos recursos.

 

Estudios de casos de todo el mundo destacan que las licencias obligatorias no mejoran los resultados de salud de los pacientes ni aumentan el acceso a los tratamientos y pueden dificultar la inversión y la innovación.

 

  • Cuando Malasia emitió licencias obligatorias para los medicamentos para el virus de la hepatitis C, solo 1501 de las 450.000 personas estimadas con hepatitis C fueron tratadas con el medicamento autorizado obligatorio en 2018. En el mismo período, las licencias voluntarias facilitaron el tratamiento del doble de pacientes en la vecina Camboya, más de 15.000 en Vietnam y más de 18.000 en Tailandia.
  • En Brasil se necesitaron dos años para lanzar un tratamiento antirretroviral tras la emisión de una licencia obligatoria y, en últimas, los fabricantes indios de genéricos intervinieron para llenar el vacío, y la licencia obligatoria se revirtió.
  • Tailandia, que emitió varias licencias obligatorias entre 2006 y 2008, concluyó que dichas acciones pueden impedir la inversión en innovación.

 

Colombia ha sentado un precedente peligroso con la emisión de una licencia obligatoria. Las licencias obligatorias hacen más mal que bien y deben rechazarse. Abordar las barreras reales y los mecanismos de apoyo, como las licencias voluntarias, será mejor para los pacientes colombianos sin poner en riesgo la inversión y la innovación. Apoyar y fortalecer la PI y el ecosistema de innovación facilita el acceso y todos los beneficios que trae la innovación.

“Colombia ha sentado un precedente peligroso...estudios de casos de todo el mundo destacan que las licencias obligatorias no mejoran los resultados de salud de los pacientes ni aumentan el acceso a los tratamientos.”

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